Ya en el año 530 a. C., Pitágoras, filósofo griego, desarrolló en forma metódica una relación entre los planetas y su «vibración numérica». La denominó «música de las esferas». Mediante su método de numerología afirmó que las palabras tienen un sonido que vibra en consonancia con la frecuencia de los números como una faceta más de la armonía del universo y las leyes de la naturaleza.
Los números son vibración y nuestra fecha de nacimiento y nombre tienen una vibración muy elevada, si la conocemos podemos integrar esta energía para nuestra transformación y así poder sanar y trascender las sombras que nos acompañan desde que nacemos y nuestros padres nos colocan el nombre, el cual tiene registrado un cumulo de lealtades con nuestro árbol genealógico y todos los que llegaron antes que nosotros; aquellos grandes maestros que decidieron vivir determinados procesos para que podamos ser libres de sus cargas en el aquí y el ahora.
Es una numerología basada en la OMKIN – KAY de JUAN ALBERTO COURTOIS y la unión de la numerología transpersonal, que nos lleva a descubrir nuestros grandes tesoros en las etapas de nuestra vida.